Desde los tiempos de Platón, existe la hipótesis de que nuestra realidad no existe como creemos que lo hace. De forma simplificada, su basta reflexión filosófica nos dice que nuestro mundo no está compuesto por cosas físicas o percepciones auténticas, ni que nuestras ideas son producto original de nuestro cerebro; él propone que todo aquello que experimentamos, existe y es parte de la "realidad" no son más que personificaciones del Mundo de las Ideas, un espacio podemos decir alterno a nuestro mundo de donde provienen todos los conceptos esenciales que nos hacen decir que algo es algo, que tiene esencia y que tiene esas características, y es también el lugar de dónde viene nuestra alma por siempre inmutable a la vez que conocedora de todas aquellos conceptos e información, pero que al nacer "olvidamos" todo para que a medida que crecemos, no lo aprendemos, simplemente lo "recordamos" pero al ser nuestro tiempo limitado no podemos hacerlo con todas las cosas del mundo de las ideas, y por ello nuestra alma regresa una y otra vez al mundo.
Acercándonos a la modernidad, aquella reflexión filosófica muy influyente en los siglos venideros dio un giro al momento de nacer la tecnología digital con la capacidad de crear simulaciones en computadoras. Y ahí es cuando se transforma en la Hipótesis de la Simulación. ¿Y si en realidad, todo lo que conocemos no es más que un conjunto de órdenes y códigos programados a funcionar de cierta forma, siendo nosotros solo un producto de esa simulación? Siendo lo más aterrador que, si fuese cierto, nada de lo que experimentamos es la realidad y lo "verdadero" es un mundo completamente distinto que nunca podríamos percibir de ninguna forma posible. De ahí que cuando sucede algo extraño en nuestro mundo, se diga ya sea por broma o porque genuinamente se piensa en ello: "la simulación tuvo un fallo".
La película "Matrix" del año 1999 propone esta idea y la lleva a hasta sus últimas consecuencias. Para ponerlos en contexto en caso de no haberla visto aunque ya tiene más de 23 años, trata de una historia post-apocalíptica donde, después de una terrible guerra contra las máquinas que adquirireron consciencia a través de la inteligencia artificial, los humanos fueron convertidos a la fuerza en baterías que les sustentan, siendo "cultivados" desde el nacimiento y sus mentes son conectadas a un megaprograma digital conocido como Matrix, donde todo lo que viven y experimentan no es más código enviado a través de un cordón conectado a la nuca, mantieniéndolos a todos en un eterno sueño en el mismo año que fue lanzada la película. A través de la película conocemos a un grupo de personajes, especialmente a Neo, el protagonista, que desde un inicio es denominado como "El Elegido" para acabar con la dominación de las máquinas y regresar a la humanidad a su antiguo modo de vida, libre de la Matrix. Se nos van planteando diálogos cargados en su mayoría de reflexiones sobre qué es la realidad, cómo podemos estar seguros que lo real lo es, cómo controlar el sistema que nos controla o qué hacer para hacerle frente a esta derrota. Sin embargo, lo más icónico de la película se encuentra en una escena donde Morfeo, el rescatista de Neo, aún dentro de la Matrix le pone a tomar una decisión representada en dos pastillas, una azul y otra roja siendo la primera la que le haría olvidar todo lo que sucedió y evitaría que "despertara", y la segunda le permitiría liberarse del control de las máquinas para empezar su camino como la salvación de los humanos. Como es de esperarse, el protagonista elige la roja.
Aquí quiero empezar a hacer mi reflexión, porque si bien, como dije, los diálogos tienen gran cantidad de temas que son de bastante interés e incluso la propia trama plantea muchas situaciones que están en boga desde hace bastantes décadas además de la gran calidad de las escenas de acción, los efectos especiales que se mantienen lo suficientemente vigentes hoy en día, lo que más interesa aquí es pensar en cómo todo este mundo se relaciona a esa particular decisión que cambia el rumbo de la historia dentro del mundo de Matrix y cómo es una forma de crítica hacia lo que nosotros pensamos es nuestro mundo real.
En el rápido resumen, les comenté que Matrix es una simulación, un sistema creado para mantener a la humanidad en una ilusión donde la tierra nunca fue conquistada por las máquinas, y este sistema además está hecho de tal forma que tiene sus guardias de seguridad, conocidos en la película como Agentes y siendo el más particular de ellos el autodenominado Agente Smith, el antagonista principal en Matrix para el grupo de Neo. En lo que consideramos nuestro mundo real existe también un sistema, pero no informático (aunque eso está cambiando con el avance de la tecnología) si no social que mantiene el control sobre los medios, el entretenimiento, la literatura, el internet e incluso la cultura, y aunque sea un poco paranóico, lo cierto es que no se necesita serlo para pensar que hay poderes superiores a cada individuo que en conjunto marcan el rumbo de la sociedad en cuanto a qué pensar, qué creer e incluso qué comer o vestir, y así como la película, ese sistema tiene sus Agentes, sus guardianes para "corregir" a todos a aquellos que parecen ir en contra de lo está establecido o tratan de generar un cambio de paradigma en el mismo mundo (y hablo de Sistema en singular pero en realidad hay muchos que se contrarrestan o se impulsan unos a otros pero en general, se comportan como un solo ente en el mundo). Agentes que tienen poder sobre la vida de las personas.
¿Qué tiene que ver esto con la escena de las pastillas?
Pues todo, o buena parte, porque en algún punto de nuestras vidas, haciendo especial énfasis cuando somos adolescentes y jóvenes adultos, queremos generar un cambio en la sociedad. Pegar en la mesa un puñetazo y generar conmoción en el mundo, ¿pero realmente podemos hacerlo? O cambiemos la pregunta, ¿realmente queremos hacerlo? Muchos de nosotros nacemos y crecemos en condiciones en su mayoría favorables, con una familia, una casa, medios para movernos, posibilidad de educación, alimentación, tener amistades y relaciones sociales e incluso poder alcanzar la educación superior, obtener un empleo u oportunidades más grandes y repetir el ciclo una vez más teniendo descendencia. El tema es que, en todo este crecimiento y desarrollo, una vez nos damos cuenta de todas las comodidades que el sistema ofrece aunque cometa errores gravísimos o injusticias que, en un mundo ideal o en anteriores situaciones sociales habrían sido castigados, no les reclamaríamos de la manera debida, ¿de verdad quisieramos abandonarlo todo? ¿Cambiar los propios cimientos que conocemos desde nuestro nacimiento e intentar generar un flujo o realidad alterna al sistema que nos tiene a todos metidos? En una de las clases de la carrera, nuestro profesor de Psicología Social nos hizo entrar en la misma cuestión que Neo, "¿Cuál eligen? ¿La roja o la azul?" y a lo que varios respondían la roja, que sería la elección de "despertar" del sistema para crear un cambio radical o que genere esa nueva realidad, él les decía con una sonrisa incrédula "¿Seguros?". Creo entender por qué de su gracia. Repito, si tuvieras la oportunidad de deshacerte de todo lo que las empresas, el sistema, los gobiernos, el paradigma y los modos de vivir impuestos por otros más poderosos, significando que te llevarías consigo todo lo que es tu vida hoy en día, ¿realmente tomarías la pastilla roja? Al final de la clase, me acerqué al profesor y le dije "La verdad, por ahora, tomaría la azul..." (queriendo hacerme el que tengo alguna clase de opción en un sistema tan controlador) "... pero en el futuro, no sé qué podría hacer" y él me respondió "Justamente es eso, todavía tienen bastante para aprender y luego deciden qué hacer."
No sé si tomaría la roja aunque tuviera la oportunidad, y trato de tener momentos de introspección cada que puedo, sintiendo que soy bastante dudoso, temeroso, evitativo pero como todo ser humano, también tengo muy en el fondo ese deseo de querer correr a lograr algo grande, tratar de combatir lo injusto, o simplemente ser alguien que deje una marca lo suficientemente grande para ser reconocido en el mundo. ¿Esa marca puede ser la de crear esa alteridad? Puede ser, o tal vez no. Pero está la posibilidad, y aunque no sea yo, habrá con seguridad alguien más que llegue a hacerlo porque si algo nos enseña la historia en repetidas ocasiones es que, aunque el paradigma esté establecido durante siglos, llegará un punto en el que habrá una reacción en cadena donde el mundo empezará a cambiar poco a poco y lo que se consideraba la regla ahora es obsoleto y el dominio anterior ya no tendrá su poder, a pesar de que eso signifique que otro tipo de poder se establezca; me encanta la frase de la película Ratatouille que dice (traducido del inglés):
"No cualquiera puede convertirse en un gran artista, pero, un artista puede venir de cualquier parte"
Y así como Neo, tal vez alguno de nosotros pueda convertirse en El Elegido o puede ser que muchos sean los elegidos, personas con visiones nuevas, una mente con el cambio necesario y oportuno a una sociedad que desesperadamente se hunde cada vez más en un rumbo que parece llevarla a su perdición. Pero si algo se puede aprender de los grandes ejemplos humanos, ya sean figuras de gran renombre y parte de la cultura popular o personas comunes con casos especiales, o gente que simplemente hace lo sobrehumano por sobrevivir un día más, es que somos resilientes; tenemos una gran capacidad de adaptarnos a lo que sea, de generar cambios imposibles y que sin importar la circunstancia o el riesgo, lo apostaremos todo a que mañana exista todavía una oportunidad más en nuestra supervivencia.
Para terminar, hay una parte que me pareció interesante a la vez que importante de la película. La explica Morfeo cuando le está explicando lo que es Matrix a Neo. Ahí le dice que las máquinas primero habían creado una simulación perfecta, una donde las cosas no dolieran, donde todo serían simplemente ideal e idílico, hedónico, como si del sueño del cielo eterno y la recompensa infinita se tratara, y aquella simulación falló porque era tan bueno que los humanos despertaban porque no creían que fuera posible tanta perfección, y por eso las máquinas crearon algo más apegado al mundo del último año del siglo, algo que fuera tanto bueno como malo, justo e injusto, doloroso y placentero. Y eso me hace pensar que es curioso, porque para muchos ese es justamente el sueño a alcanzar, pero una vez conocemos el mundo real y se nos diera ese mundo perfecto, ¿quisieramos vivir en él? Imagínenlo por un segundo, su mundo ideal. Aquel en el que no existe ningún tipo de criminal, que todo ser humano sigue reglas que permiten una sociedad perfecta, reglas morales que nadie se atreve a cuestionar o si quiera ponerlas un poco a juicio porque son tan funcionales que no se necesita cambiarlas, personas tan honorables, tan cercanas a lo que pensamos que es un dios generoso que parece que no hay mejor ser que esa persona, nadie siente envidia, tristeza, dolor, sufrimiento, no hay hambre, pobreza, ni si quiera podríamos tener en nuestras cabezas el concepto de lo contrario a lo bueno. ¿Ese mundo suena muy perfecto? Porque lo único que se me ocurre cuando pienso en un mundo así es el de una única máquina pensante solitaria en un planeta desolado, o simplemente un robot sin verdadera consciencia repitiendo una y otra vez la misma tarea. Por eso el mundo perfecto no existe, pero eso no quiere decir que no podamos dar un intento a crear uno que sea mejor para todos porque, a fin de cuentas, ser humano significa vivir con errores pero también tener la capacidad de mejorar a partir de ellos.
“Tienes la mirada de un hombre que acepta lo que ve porque está esperando despertar.”
Como reflexión curiosa, y para quienes no se hayan dado cuenta todavía, el personaje Morfeo tiene ese nombre por el dios griego homónimo que provocaba el sueño en las personas, pero en la película, él "despierta" a las personas, les arrebata el sueño para que puedan vivir libres del control de las máquinas. ¿Qué Morfeo es el necesario? ¿Uno que duerme pero que hace vivir en tranquilidad o uno que despierta y permite tener libertad a pesar del dolor?
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