Duda de: ¿Cómo se forma la realidad?

 

Dibujo de mí autoría

 No puedo decir que me intereso por los problemas sociales o la política de mi país. Y en muchas ocasiones, a muchas personas, he repetido que no me interesa este último tema y que los temas sociales, a pesar de ser algo que nos concierne a todos, no son algo que esté en mi control para hacer un cambio. 

He reflexionado muchas veces sobre esa postura mía. En la mayoría de ocasiones he concluido que es una forma de evasión, una muletilla, un método de manufactura propia con el objetivo de tratar de no pensar más allá de la conformidad de mi pensamiento, esperando a ojo cerrado que aquellos temas políticos, sociales y de inmoralidad humana se resuelvan de un día para otro. Y tal vez así fue durante un tiempo, pero sólo desde mi relativismo, porque cuando hago caso omiso inmiscuyéndo mis pensamientos no en darle un poco a la cabeza a tomar consciencia de esos temas y me pongo jugar videojuegos, ver series, leer libros basura o simplemente encender la televisión (que ni las noticias tradicionales se salvan de ser un ardid de control), hacía como que todas esas cuestiones fuera de mi poder se habían resuelto, pero la realidad es más rápida que nuestra ilusión. 

En Psicología, una de las preguntas más básicas y de mayor antigüedad en su historia (y también de la Filosofía) se encuentra en dudar sobre "¿Qué es real?" o "¿Qué es la realidad?". Cientos han tratado de responderla desde su perspectiva, tratando a "la realidad" con un método científico muy riguroso, midiendo cada aspecto visible y también intentos fútiles de medir lo impercetible, y es comprensible pues en la incertidumbre humana hemos encontrado que lo único que puede calmar nuestro miedo a pensar que lo real no existe es siendo lo más exactos posibles y si eso significa sacrificar lo impercetible, lo haremos. Pero haciendo un análisis muy superficial no solo de la Psicología sino de la Historia y la Sociedad en general, encontramos que La Realidad no está construida por nuestros sentidos solamente (sino, ¿cómo percibiríamos en mundo? Hay que ser justos de parte y parte), sino que está hecha a partir de la interacción humana y con la naturaleza, de considerar que algo más allá de nosotros existe y que reconocer su existencia hace que haya una realidad como tal, lo que a su vez de forma retropositiva confirma que nosotros mismos existimos. Descártes diría Cogito ergo sum, que en cierto sentido es cierto, pero él llegó a aquella conclusión encerrándose enfermizamente del mundo hasta haber llegado a esa epifanía, solo. Y no es que yo sea la persona más sociable e interactiva del mundo, pero así como muchas personas, he tenido encuentros con otros seres humanos y tengo relaciones sociales estables que reafirman mi realidad y me dicen que la misma es como es y que yo soy como soy, no solo por considerar al resto de seres humanos sino también a los animales, plantas, el aire, el cielo, la tierra, las estrellas, la luna, todo. No podemos estar alienados ni separados del mundo ni del universo y es una insensatez divina pensar que debemos o que hay un camino "humano" de ser el solitario de la existencia. 

Sin embargo, muchas de las cosas malas y horribles que suceden en esta Tierra son porque hay quienes se sienten con ese mismo pensamiento de creer que son los únicos, los más privilegiados y sobre todo, los más superiores. 

No recuerdo exactamente el momento en el que conocí el concepto, pero creo que fue en el colegio (secundaria en algunos países, la ESO para otros), durante una clase que ahora me parece fundamental y no sé si seguirá estando en el currículo escolar de estudios: Filosofía. Durante ese tiempo no consideraba importante, o no le daba la importancia que merecía aquella materia, pues en mi ignorancia esperaba que la Filosofía fuera una especie de adorno intelectual bonito que me permitiera sentirme superior a mis compañeros por creer que entendía más del mundo que ellos en un plano ulterior o extra físico. La ignorancia de la juventud. Sin embargo, en una de esas clases y por ese profesor, conocí el concepto de el/los "Otro/s". Curiosa elección de palabra. ¿"Otros" de qué...?" me pregunté, ¿Quién es "el Otro"?. Pensaba que se refería a un sujeto o persona como tal, e incluso en los textos y la materia rebuscaba y rebuscaba esperando encontrar exactamente a quién se refería el profesor al hablar de los Otros. Así mismo, en el mismo período escolar, nos presentó a un filósofo que abogaba por la construcción de una filosofía latinoamericana, Enrique Dussell, que proponía una filosofía de la liberación, y justamente hablaba de los Otros. ¿Pero quienes eran? Según su vista, era la Europa, el Viejo Mundo, los conquistadores, y también los colonizadores de Norte América que se han inmiscuido en los problemas latinoamericanos. Con los del otro lado del charco ya tenemos una historia más vieja, y con los de arriba es más reciente, pero desde ambos flancos, dice según recuerdo, nos han sometido a un pensamiento que no es nuestro, a acciones que no son nuestras y sobre todo, a creer que esa forma de pensar que impusieron era la correcta, sin permitir que nosotros mismos tengamos el valor para proponer una forma de pensar adaptada y apropiada para el contexto latinoamericano. Ahí aprendí que los Otros no se refería a un sujeto en particular, sino a una figura, a un grupo, a un conglomerado o territorio que tiene una relación ajena a lo que puedo considerar el Yo, y a pesar de que antes dije que no se puede confirmar la realidad sin estar en contacto con el resto de personas, hay estados, gobiernos, empresas, pueblos, grupos sociales, que se consideran tan especiales y superiores que se alejan de esa conexión necesaria para hacer una sola realidad y considerarnos todos humanos, y en cambio crean su propia realidad alterada dentro de una burbuja de mentiras, sometimientos e inseguridades que, a pesar de ser frágil, ha resistido durante generaciones y generaciones. 

Más tarde, tal vez el mismo año o ya entrado en la universidad, aprendí una nueva conceptualización de el Otro/los Otros. Venía de la mano del feminismo y la vista radical de una autora y fundadora del movimiento, Simone de Beauvoir. Ella, muy distanciada de Dussel, no hablaba de los Otros como una riña entre dos continentes con historia de siglos y casi milenio, al fin y al cabo, ella era francesa y provenía de ese mismo mundo que Dussel criticaba; sin embargo, tenía en mente el mismo concepto pero aplicado a otro aspecto diferente de la vida: la lucha de sexos y el control de las masas mediante las construcciones sociales del género. Simone, al hablar de los Otros, se refería a los hombres en el término biológico y social de la palabra, así como a las instituciones patriarcales armadas en base al pensamiento de que el hombre es superior a la mujer y que este debe controlarla para que exista "orden universal" o status quo. Y por aclarar un poco más, no solo se refería a instituciones en el sentido de estructuras de poder en edificios de concreto donde los hombres tienen el control (que también eran su objetivo) sino de rituales, de acciones, de construcciones sociales milenarias que hacían que el hombre estuviera por encima de la mujer, desde el matrimonio hasta el nacimiento, desde la limitación de qué es para hombres y qué es para mujeres, hasta la mismísima consideración de qué es ser mujer y qué es ser hombre. Parafraseando sus palabras, ser mujer no se nace, se hace, y en este sentido también aplica para el hombre, porque es la sociedad y los sistemas basados en la hombría y varonilidad lo que ha delimitado tajante y culturalmente lo que debe o no debe ser para cada ser humano según sus genitales o su apariencia. Físicamente hablando, ¿Qué puede evitar que a una mujer le guste vestirse con ropa holgada, pantalones largos y llevar el cabello corto? Nada. ¿Qué puede evitar que un hombre lleve falda, una camisa hasta el ombligo, tacones y maquillaje? Nada. ¿Qué impide que una mujer pueda obtener la fuerza para ser una atleta de gran fuerza y dedicarse a las peleas, el fisico culturismo o simplemente en algún trabajo considerado "para hombres"? Nada. ¿Qué puede impedir que un hombre se dedica a cocinar en casa, ser amo de casa, aprender costura, de moda, zapatos, belleza y cosas consideradas "para mujeres"? Absolutamente nada. Y solo quiero hacer hincapié y un paréntesis aquí en que, la profesión de la cocina me parece una de las contradicciones más absurdas, estúpidas y de mayor mal gusto que puede tener alguien hoy en día, ¿en qué sentido? Porque siempre he escuchado y se ha enseñado en muchas familias que "la cocina o cocinar es solo de mujeres" cuando, en mi crecimiento, no he visto más que hombre ser cocinernos en shows, restaurantes y demás lugares donde se ha necesitado preparar comida, por lo que me pregunto es, ¿de dónde carajos sale la estupidez de que "cocinar es de mujeres"? Si me lo preguntan a mí, ni idea, porque yo soy hombre y me fascina cocinar y no hay nada más delicioso en esta vida que disfrutar un plato hecho por manos propias y además, saber que no seré un inútil y no me moriré de hambre si en algún momento llego a quedarme solo. 

Finalmente, en la actualidad, pensaba que tenía resuelto el tema de entender qué eran los Otros. Sin embargo, últimamente y la razón por la que he escrito este blog, es porque he estado viendo varios videos y Tik Toks brindados por mi profesor de Psicología Social, que toca varios temas sociales de actualidad y de importancia humana para todo el mundo, pero que pasan desapercibidos incluso para mí porque sigo sin darle la atención que merecen aquellos temas o entregarles un poquito de reflexión y sesos para saber que todavía tengo un poco de empatía y consideración por las vidas humanas. 

¿Ahora cuál es mi consideración de los Otros? Hagamos un pequeño repaso. Primero se suponía que era el Viejo Mundo, después que eran los hombres (condición en la entro), y ahora, creo que el acercamiento más apropiado es el siguiente: Los Otros son quienes uno considera que se siente ajeno a uno mismo. ¿A qué me refiero? Hoy en día los Otros ya no son solo los grupos de poder o los sistemas culturalmente institucionalizados y obligados a seguir, sino que siempre se ha tratado de qué consideramos como ajeno a nosotros. Y en esos tiempos de aquellos dos ejemplos, también se mantenía desde una visión bilateral. Para Dussel, la Europa y la Norteamérica son los Otros, y muy seguro, para ellos nosotros somos los Otros. Para Simone de Beauvoir, los hombres y las instituciones patriarcales eran los Otros, y lo más claro, es que para ellos, las mujeres son las Otras. ¿Y ahora? Los Otros son las minorías, pero también los sujetos de poder (aunque esto último nunca ha cambiado), los Otros son los desterrados, los migrantes, los refugiados, son los homosexuales, son los pobres, son los marginados, son los estudiantes sin apoyo estatal, son los comerciantes sin oportunidades, son los desempleados, son los rebeldes, son los capitalistas, son los comunistas, son la derecha, son la izquierda, son el presidente, son los políticos, son los revolucionarios, son los científicos, son los filósofos, son los que no tienen que comer, son los que comen todos los días, son los que viven el campo, son los que viven en la ciudad, son los que no encuentran plata para sobrevivir, son los que no saben ni dónde guardan tanto dinero, son ellos, somos nosotros, soy yo, eres tú. 

Pero a efectos de tener una visión centrada en considerar y dar importancia a los problemas sociales, ¿quién son los Otros ahora? Los Otros son los que ahora necesitan la ayuda para que este mundo sea igualitario y justo, no solo porque sean una ambivalente mayoría minoritaria dentro de una minoría que lo absorbe todo, sino porque es necesario arrancar esa ambivalencia y poder encontrar finalmente la igualdad en la diferencia. Los Otros son los desterrados y los afectados por la guerra en Gaza. Los Otros son los secuestrados y asesionados en Ecuador. Los Otros son los desaparecidos en México. Las Otras son las maltratadas y asesinadas en Latinoamérica y el mundo. Los Otros son los homosexuales a los que todavía, en muchas partes, se les considera "un afrenta a Dios y deben ser castigados". Los Otros son los pobres e indigentes a los que se les ha otorgado un superpoder, el más inútil de todos, la invisibilidad; invisibles ante las personas, ante el mundo, y por eso, nadie nunca los toma en cuenta. Las Otras son las madres que han perdido a sus hijos y todavía los buscan, siendo ellas mismas más eficientes que la supuesta justicia que debe ampararlas. Los Otros son los enfermos y sus familias que apenas encuentran la fuerza para vivir un día más a pesar de que sus vidas y ahorros son succionados por doctores e instituciones de salud como sanguijuelas en la piel. Los Otros son los niños, niñas y adolescentes abusados física, sexual y psicológicamente, a los que nunca se les creyó o que nunca dijeron nada por miedo y por eso, con temor a volver a confiar en alguien por el resto de su vida o terminaron suicidándose. Las Otras son las mujeres que día a día luchan por alcanzar un puesto y moldear su espacio dentro de rígidas instituciones machistas y clasistas. Los Otros son los que han muerto en medio de injusticias y a los que la historia ha olvidado. Los Otros son los que no pueden hablar. Los Otros siguen estando entre nosotros. Los Otros son ustedes. Los Otros son todos los que necesitan ayudan. 

¿Cómo llego a toda esta conclusión? 

Simple aunque no tanto. Dussel y de Beauvoir enfrentaban a poderes más grandes que ellos, para dar valentía y esperanza a aquellos que esperaban un cambio. Y ahora que ese cambio es posible, me doy cuenta y se ha dado cuenta el mundo que los Otros no deberían ser los que ya viven opulentamente y no les importamos, ellos serán nuestros enemigos pero no son los que necesitan la ayuda mediática ni los poderes del pueblo, porque ellos ya no son mayoría. Los Otros ahora son todos los mencionados porque las tornas están cambiando, lento y aparentemente imperceptible pero están cambiando, y se están descubriendo viejos sistemas, situaciones y problemas que desde un princpio nunca debieron ser normalizados, y ahora se intentan corregir. Los Otros, en mi consideración, no deben ser los poderosos y estoy seguro de que ya no lo son. Los Otros son todos aquellos y aquellas que necesitan la ayuda para dejar de ser considerados Otros para ser Nosotros. 

Repito, la realidad, nuestra realidad, solo puede ser generada y solo la podemos considerar real si tenemos presentes a todas las personas y cosas a nuestro alrededor. No podemos ser Nosotros sin los Otros. Hay que hacer de ellos parte importante de nuestra vida. 

Comencé este escrito hablando de que no me interesaba la política y los problemas sociales. Pero siempre los he tomado en cuenta, los he puesto a reflexionar y a dar vueltas en mi cabeza, y a pesar de que sigo con mi reticiencia a tomar acción alguna, poco a poco voy rompiendo ese miedo moderno a ser proactivo. Este escrito no será trascendental pero espero que quien sea que lo lea, pueda tener un poco de inspiración al leerlo. 

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