Barba Azul y la metáfora del depredador

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 Este cuento me recuerda al eterno debate filosófico psicosocial sobre la naturaleza humana y si tenemos una predefinición o innata tendencia a uno u otro lado que consideramos bondad o maldad. Russeau y Hobbes hicieron una extensa discusión sobre esto a través de sus libros y reflexiones, que todavía siguen siendo una forma de conversación para situaciones donde se considera que hay alto intelecto o simplemente si quieres poner a dos personas a pelear sobre temas sumamente complejos. La cuestión aquí es que Pinkola propone el cuento de Barba Azul como una alegoría a una parte de la mentalidad humana, especialmente de las mujeres, que despierta en parte la discusión sobre la tendencia humana a uno u otro lado. 

En resumidas cuentas, Barba Azul era un adinerado sujeto que buscaba casarse con bellas doncellas. Tres hermanas y su madre lo conocen, aparentemente siendo un buen sujeto, que les entrega de todo y les da grandes comodidades. La última queda encandilada por dichas sorpresas y encantos, y la madre simplemente permite que se casen; sin embargo, cuando Barba Azul deja su castillo a cargo de la hermana menor, ella y sus hermanas revelan la verdad del adinerado, siendo un asesino de sus anteriores esposas. Aquí es cuando las cosas van escalando poco a poco, él la descubre y trata de matarla, la hermana menor defendiéndose como puede de Barba Azul al pedirle más tiempo para procesar su futura muerte, las hermanas atentas a la llegada de refuerzos para defenderse, Barba Azul siendo detenido por los hermanos de ellas matándolo y los restos del asesino siendo devorados por carroñeros. Es una visión muy simple y superficial de la extensión del cuento, pero aquí lo importante es hablar de la figura de la hermana menor y de Barba Azul. 

Ella, según Pinkola, representa a las muejeres que desconocen la realidad que hay detrás del mundo pues todavía les falta vivir, encontrándose con promesas y regalos que la propia mente ofrece sobre las situaciones futuras que puede llegar a vivir. Son como esas expectativas que se tienen de adolescente e incluso mucho más adultos, tanto mujeres como hombres, donde esperamos dentro de una burbujita mental a que el mundo exterior no sea ni malvado ni mucho menos cruel con nuestras vidas pues dentro de nuestros contextos y casas podemos encontrar espacios tranquilos (para quienes tienen la suerte de tener una familia tranquila o por lo menos estable y para quienes no, en algún punto fueron aquellos seres inocentes también), y donde la vida no nos puede hacer daño. Pero cuando salimos, empezamos a encontrarnos con externos, con sujetos fuera de nuestro círculo conocido o decidimos salir a la vida, puede que esa imagen siga existiéndo un poco más pero empezará a desmoronarse, no solo por la evidente situación de que la vida no es ni mucho menos agradable siempre, sino también por quienes ya han vivido antes y reconocen por experiencia además del desarrollo de una intuición natural las vicisitudes y engaños que presenta el mundo contra uno. Esta situación es representada por las hermanas mayores de quien se casa con Barba Azul pues ellas, a pesar de también encantarles los regalos y sorpresas, no se dejan engañar y rechazan la proposición del sujeto, siendo la menor la única que accedió a casarse con él. Pinkola hace recalco en esa palabra, ese aspecto especial de la mente y podríamos decir espíritu humano, esa capacidad de "sentir" cosas antes de que sucedan como una forma de defensa: la intuición. Alguien que ha vivido poco o ha pasado por pocas experiencias donde la vida se le enfrenta no tiene desarrollado dicho sentido, y por lo tanto, le es difícil encontrar las señales de peligro frente a los acechadores y en este caso, al depredador psíquico representado en Barba Azul. 

Este depredador te hace sentir como animal en un zoológico (recordemos que Pinkola habla sobre la Mujer Salvaje, que hace alegoría a la libertad que una mujer debería buscar frente al mundo y a tener el autocontrol sobre sí misma en cuanto a lo que decide controlar), donde te hace sentir libre en tu propia mente; te dice que puedes ir a cualquier parte dentro de tí, explorar cuanto deseas y quieras como si no hubiese límite alguno pues tu psique es grande, es extensa e incluso casi infinita; y sin embargo, el depredador te reprime a no entrar o no explorar solo una región de tu mente, una parte de su espacio mental que no solo es el más improtante sino aquel que te permitiría alcanzar aquella Mujer Salvaje y, a pesar de lo que pueda parecer, la verdad dolorosa es un camino que debe atravesarse para alcanzar una intuición verdaderamente funcional. Cuando la hermana menor descubre el secreto de Barba Azul, ella entra en pánico, nunca ha visto algo parecido y le aterra no solo ya saber la verdad sino lo que aquel depredador podrá hacerle si se entera que ha descubierto dicha verdad. Trata de ocultar su acción una y otra vez, pero no puedes escapar de tu propia mente y siempre sabrás todo de tí misma aunque quieras ocultarte cosas. Al final, Barba Azul lo descubre y ahí es cuando se encuentra la crisis, el encuentro, el momento de cambio necesario para alcanzar esa verdadera libertad propia. La primera acción de la hermana es pedir tiempo, y ahí es el primer atisbo de una intuición funcional pues, pedir tiempo representa que aprendió algo importante sin saberlo, aquel tiempo necesario para evitar la desgracia un poco más y encontrar una solución más factible e incluso mucho mejor de lo que espera. 

El depredador psíquico, ese ser mental que trata de reprimirte internamente, trata de asesinar esa parte curiosa y rebelede, la parte que debe ser la más poderosa en el interior de una persona pues es la que más desarrolla al verdadero ser humano. El depredador lo hace no porque es fuerte, sino porque tiene miedo de perder ese poder y la única forma que tiene para detener tu avance es matando tu pasión curiosa; de una forma más clara, podría ser una situación donde se te ofrece la oportunidad de cambiar tu vida, un trabajo nuevo o algo que siempre quisiste hacer, y el depredador en principio te permite soñar y disfrutar de una fantasía controlada en tu mente donde podrías alcanzar todo aquello con esa oportunidad, pero cuando el momento realmente decisivo llega, este te trata de detener con todo lo que tiene apagando esa flama, esa pasión y oportunidad fantásticas se borran y no quiere que sigas por ese camino, y hay quienes se dejan asesinar, matan sus animos y no desarrollan esa intuición que les permitiría avanzar o enfrentarse a dicho depredador. Esto resulta en personas que quedaron dentro de los límites que tanto el mundo externo como ellas mismas se impusieron de forma exagerada, rompiendo su potencial para alcanzar algo superior. Sin embargo, la mente tiene su mecanismo de defensa y es fácil pasarlo desapercibido, y este está representado por los hermanos de las hermanas. Según Pinkola, que se basa en Jung, en la psique está la contraparte del otro sexo en todos los seres humanos (en hombres hay una parte de mujer, y en mujeres hay una parte de hombre), lo que les permite alcanzar objetivos que no necesitan exactamente de esa parte normal sino de su contrario. En el cuento, los hermanos entran para asesinar al depredador, lo que representaría esa fuerza y a veces violencia psíquica necesaria que las mujeres deben tener para enfrentar a esa parte opresora de la mente y deshacerse de esos miedos, enfrentando ese ataque de la mente atacando todavía más en contra y evitando sobre todo que los esfuerzos por vivir, por alcanzar las verdaderas metas se detengan. El terror de la situación queda, la hermana menor aprendió y ahora es más sabia y se ha liberado del depredador que ahora es devorado por los carroñeros. Esta alegoría de los carroñeros significa que no solo se trata de deshacerse del depredador y nunca aprender de él, sino utilizar sus restos minimizados, su fuerza opresora como fuerza de voluntad propia, quitándole su poder de destrucción para convertirlo en poder de vida y construcción de la vida propia, ya solo siendo una fuente de alimento para avanzar y no retroceder. 

Ahora, después de todo este análisis, ¿por qué digo que me recuerda al debate del ser humano bueno o malo por naturaleza? 

Porque, antes de buscar los motivos en cualquier acción que afecte a cualquier otro ser humano, hay que fijarnos en cómo nos estamos dañando a nosotros mismos. "El hombre es el lobo del hombre" dijo Hobbes, o adaptado a la actualiudad, "El humano es el depredador del humano". ¿Somos malos de naturaleza porque nos hacemos daños a nosotros mismos o somos buenos de naturaleza pero nos hacemos daño a lo largo que nos damos cuenta de la realidad? El depredador representa esa voluntad de autolesión, la hermana representa esa voluntad de mejorar y seguir cambiando. En ambos casos, tenemos de las dos partes para decidir al final si dejamos que nos mate el depredador o prevalece el humano. Barba Azul representa muy bien esta fuerza contraria de tira y afloja, y muchos dejan que esa competencia la gane la parte más oscura pero son más los que ganan la parte más clara. Al final, somos humanos y aunque sea una ilusión, la libre elección siempre se reduce a nosotros mismos desde las elecciones más pequeñas para cambiar al mundo que nos rodea. 

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