Duda de: Cómo ganar las elecciones.

 Si para Aristóteles somos "Zoo Politikón", y hay quienes odian la política, entonces me odio a mí mismo. Aclaro, sé que el filósofo se refería a otro tipo de Política en el contexto de su tiempo, pero la política actual es, para mí, un chiste espectacular y no soy el primero en decirlo tampoco. Entonces, ¿cómo ganan o pierden los que se postulan a esa carrera del desastre? 

"El Arte de Ganar" de Jaime Durán Barba da las explicaciones necesarias desde las bases en nosotros, los que elegimos a los dirigentes, hasta cuáles son las consecuencias y acciones que cambian el curso de unas elecciones por parte de estos payasos semi-intelectuales que les llevan a ser los más amados o repudiados por el país. Me hace especial interés las partes en las que habla del ataque y la defensa, siendo en reducidas cuentas y como bien dice "dos caras de la misma moneda". "Atacar cuando convenga" es lo que dice Barba, y tal como en una pelea de box (aunque él diga que haciendo esa comparación todo candidato ataca sin parar a pensar) se debe medir en tiempo record cada movimiento, golpe y defensa que se vaya a realizar para obtener el mejor resultado posible; dentro de unas elecciones, esa es la de conseguir la mayor cantidad de votos a la par que el resto de candidatos se hunden en sus errores.

De Xavier Bonilla (BONIL) en Twitter: https://pbs.twimg.com/media/ExDcWByWgAASACh?format=jpg&name=small

¿Cómo se logra esto? 

Simple, abandonando la política y reglas de juego del siglo XX donde ataques intensos, desmezurados, constantes y sin fundamento te hacían ganar las elecciones porque era lo que llamaba más la atención a tu figura. Ya no nos encontramos en esa época donde un "escandoloso rumor" como el que un candidato sea homosexual o que cierto miembro de un partido participa en protestas de corte feminista o por la lucha de algún grupo minoritario, puedan afectar a su imagen y por el contrario, les puede ayudar a conseguir todavía más votos especialmente de parte de la generación de adolescentes votantes y adultos jóvenes más reciente. Barba habla de tener en cuenta que hacer uso del ataque requiere analizar con gran precisión el momento y palabras exactas que se usarían para hacer de una situación desfavorable el impulso necesario para repuntar en encuestas y sobre todo en los votos. Y aquí, el ataque no solo se considera una forma de agresión (aunque es el concepto más arraigado) sino, que se trata también de la mejor acción posible y en algunos casos, se trata de enzalsar al candidato correcto, elogiarlo y hasta parecer darle apoyo en pos de que eso nos arrastre a nosotros varios puntos a favor. Pone ejemplos claros como el de Kirchner contra De Narváez, donde el primero termino siendo perjudicado muy fuertemente al haber seguido sus instintos y deseos de poder atacando estúpidamente al segundo, mientras que el segundo de aprovechaba cada vez más de los errores, dejándose atacar para obtener simpatizantes puesto que la imagen de su rival se iba desmoronando cada vez más en la de un sujeto inestable, agresivo y poco intelectual que a la mínima provocación se encontraría dando guerra a diestra y siniestra. Tal como el mundo de las Top Models, la política se trata de apariencias y si puedes hacer que tus rivales tengan la peor posible (sobre todo si se provocan su propia perdición), más beneficio habrá para tí. 

También se deben tener en cuenta otros aspectos como el hecho de que la política, usada en el marco de los ataques, es un espectáculo circense de grandes proporciones. Barba da el ejemplo de Bucarám en Ecuador, siendo un sujeto al que se aplica la frase "Nunca trates de discutir con un loco" o en este caso, un estúpido que solo sabe insultar a diestra y siniestra. Al final, cayó por su propio peso de torpeza pero le valió tanto tener ese aspecto del rival más agresivo que eclipsó las mejores opciones llevándolo a ser presidente durante (por lo menos) seis meses antes de ser derrocado. En este caso, el ataque agresivo sirvió porque era el show que las personas votantes estaban buscando pero una vez terminó y empezó el trabajo de verdad, vieron que su elección era igual que poner a una cabra en el escritorio detrás del país, gracioso pero no hacía nada. En los últimos diez años ha pasado algo similar, con Correa, Moreno y Lasso. El primero mantuvo un estado de autoritarismo que durante los primeros cinco años funcionaron pero fueron a pique una vez la olla de presión empezó a sacar los humos; su sucesor, Moreno destapó todavía más el escándolo, sumado a su ineptitud para manejar tanto gobierno como imagen pública, pero hay que consederle que sus átomos transferidos desde el quinto plano le dieron las indicaciones para saber como actúar y cómo cambiar el país. (Clip de su "teoría cuántica": https://www.facebook.com/PaolaCabezasCastillo/videos/blooper-del-presidente-cu%C3%A1ntico/510371853190195/). 

De Vilma Vargas vía La Historia en Twitter: https://pbs.twimg.com/media/DcYodinW4AA_i1m?format=jpg&name=small 

A fin de cuentas, Barba da varias pautas a seguir y evitar en caso de querer tomar acciones en campos de temas que son bastante controversiales (por no decir que son minas donde uno no debe pisar si quiere ganar las elecciones), como hacer uso de medios masivos que hoy en día son las redes sociales pasando como "el candidato moderno", evitar aludir a temas con una profunda carga social que puede tener un efecto contraproducente si no se toca con el respeto que la gente espera, así como la evitación de situaciones que pueden salpicar un efecto negativo como un ácido, donde la más mínima gota de descontrol puede desestabilizar todo el trabajo realizado (como lo es interferir o atacar en el escándalo de otro candidato, o si es una polémica relacionada a nosotros, profundizar en ella más de lo que deberíamos). Otra cosa que advierte y de la que muchos votantes pueden agarrarse para odiar o amar a un candidato es si este hace odio o ataca de figuras históricas importantes o aliadas para el pueblo; en el Ecuador es el caso de Eloy Alfaro para ciertos sectores, así como la figura de García Moreno, Jaime Roldón, Sixto Durán Ballen, entre otros que, claramente no han sido los mejores ni tampoco eran buenas personas, pero en el colectivo de la gente y como figuras históricas comunes han quedado como esos antiguos aliados que sí o sí deberían regresar para "arreglar todo a como estaba", y atacarlos sería lo mismo que atacar al propio pueblo; y lastimosamente (desde mi perspectiva) Rafale Correa ha pasado a la historia como una de esas figuras políticas que se convierten en aliados del gobierno y de la gente. 

El arte de ganar unas elecciones es complicado de aprender, pero siempre queda la duda de que si es tan complicado, ¿por qué parece ser que los más idiotas, agresivos y que no deberían estar de presidentes, ganan antes que los que tienen más credenciales o inteligencia? 

Tomada de: https://mujeresconciencia.com/app/uploads/2023/04/Mr_Pipo_Dunning_kruger.svg_.png en alución al efecto Dunning-Kruger donde los estúpidos sobreestiman su inteligencia. 

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