Duda de: El facismo de las redes sociales

 

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Vivimos en la era del facismo en las redes sociales, y es un facismo de dos fuentes. Primero, de creación propia pues supuestamente las personas se automodulan y regulan en las redes sociales, modificando comportamientos, formas de expresarse y cambian lo que es correcto e incorrecto a cada momento (como en una sociedad real); y segundo, de creación corporativa, quienes así mismo se suelen regir por lo que se supone es la norma social impuesta por los mismos usuarios. 

En 1984 de George Orwell sucede un fenómeno autoritario curioso. Orwell explica que, en ese mundo ficticio, se creó un nuevo tipo de lenguaje llamado Nuevalengua, que en forma resumida se trata de una táctica del Estado para borrar todo rastro de cualquier significado que incite a la revolución, levantamiento, libre pensamiento, deseos de levantarse contra el mismo Estado, etc. En esta Nuevalengua se crean palabras que literalmente son la unión de otras dos para reemplazar una sola, y que signifique algo parecido pero no lo mismo a lo anterior. Wikipedia, en una revisión rápida, da algunos ejemplos de esto como la Nopersona que literalmente viene a reemplazar a Muerto, y más específicamente, a un muerto ejecutado por el Estado (tanto literal como históricamente). El canal de youtube #WhyMaps, en su video de "No veas este video si vas a votar hoy: #WHYDEMOCRACY" se basa en el libro de Orwell y su Nuevalengua para poner sus propios ejemplos, siendo uno que me ha llamado poderosamente la atención aunque solo le prestara atención en una pequeña parte del video; ¿qué pasaría si reemplazamos todas las palabras "negativas" o "peligrosas" de los diccionarios, o de la lengua misma? Guerra, muerte, suicidio, asesinato, violencia, armas, o insultos desde los más suaves como tonto o torpe, hasta los más ofensivos como "hijo de puta" o "malnacido". En ambos medios, 1984 y el video, proponen estas nuevas palabras fusionadas, y en el caso de #WhyMaps, "... pero dejas 'paz'. Cuando en un país no hay paz, ¿qué dirás? No puedes decir que hay guerra, esa palabra no existe. Acabaríamos diciendo que hay menos paz. Llamaríamos al problema con el nombre de la solución." 

Una cosa muy similar, sino es que es la misma exactamente, está sucediendo actualmente con las redes sociales. En Youtube y Facebook especialmente sucedió un fenómeno que fue moldeado primero por las personas para luego hacerse ley por las propias corporaciones que las controlan, y es que hasta hace una década atrás, en estos medios podías escribir estas palabras con total libertad para referirte a aquellas situaciones negativas, ofender a alguien o en su defecto, ser un imbécil completo con alguien desconocido que seguramente no se lo merecía. Pero en la actualidad, las cosas son más parecidas a la novela de Orwell de un modo extraño y siniestro puesto que, aunque no han desaparecido dichas palabras, por reclamos de los propios usuarios durante mucho tiempo se han implementado nuevas directrices de uso de las redes sociales que modificaron los sistemas de inteligencia artificial y moderación que llevaron a un cambio radical en la forma en la que uno se expresa en internet referente a temas que se consideran delicados o de plano se consideran prohibidos por la comunidad de hablar. Por poner un ejemplo sencillo, hay muchos creadores de contenido que a veces les toca hablar o tienen la idea de reflexionar sobre el tema del Suicidio, que en sí es una situación delicada y de bastante consideración además de análisis, pero debido a las políticas de las empresas y la incesante queja de muchos usarios de que aquella palabra podría incitar a dicha acción, se han tenido que ajustar a nuevas formas de expresión bastante peculiares y hasta iguales que a Orwell y #WhyMaps: "Desuscribirse de la vida", "Aquella palabra que significa irse de este mundo por cuenta propia", "Hacer la auto-morición", "Provocarse la no vida", y es gracioso que se ha recurrido incluso, a quienes no quieren dejar de usar la palabra real pero tienen que proteger sus cuentas de algún bloqueo o directamente suspensión de la cuenta, a utilizar convinaciones de números, símbolos y letras de otros lenguajes mezclados entre sí para que los sistemas no detecten la palabra como tal: Su1c1d10, 4s3sin4at0, y ni si quiera en las más fuertes, P3nd3j0, t4r4d0, 3stup1d3z, entre muchas otras. 

Hablaba de facismo en las redes sociales porque justamente este tipo de tácticas y su respuesta (los métodos para saltarse los controles) son formas que tiene el facismo, los regímenes autoritarios y las dictaduras para controlar a la población de forma atemorizante sin necesidad de ser expresamente dañinos físicamente. Borrar palabras, sus formas de escritura y hasta el extremo de sus significados no es más que un retroceso de la intelectualidad y así mismo, el impedimento para regularnos a nosotros mismos en nuestro discurso porque si bien la libertad de expresión puede ser útil, no nos corresponde sacar el primer pensamiento irracional de nuestras cabezas solo porque nos encontramos iracundos o irritables contra alguien que no conocemos de internet o en la vida real. 

Durante la pandemia de 2020, el nombre propio de la enfermedad se hizo, al igual que la misma, viral en todas la redes social y a la propia gente le parecía dañino estar mencionando solo su nombre por lo que se empezó a hacer quejas para que no se dijera esa palabra de forma pública, Youtube desmonetizando o directamente eliminando videos que hablaran sobre el tema o Facebook bloqueando páginas o borrando posts que utilizaran dichas siglas. Y al igual que antes, los creadores de contenido y usuarios encontraron la forma de evadir dichos controles utilizando expresiones como "el virus ese", "el C-69", "la bacteria de los cojones", y demás. Esto me pareció preocupante en su momento, porque era un tema real, algo de actualidad y sobre todo de preocupación, y las propias autoridades mundiales habían dado nombre a dicha enfermedad, se habían hecho artículos, conferencias, opiniones, discursos e incluso medios oficiales usaban el COVID-19, el nombre no el virus, para referirse a la situación pandémica. ¿Por qué de repente se trataba de acallara a todo aquel usara el nombre? ¿Por qué se bloqueaba a todo aquel que no se rigiera a la norma de "No hablar del virus"? ¿Acaso nos habíamos convertido en la saga del famoso mago y ahora teníamos miedo de nombrar al que no debe ser nombrado? Absurdo. En la misma saga de libros de fantasía, hay una frase que me parece adecuada para lo que se vivió en ese momento y lo que se vive actualmente, y lo dice Hermione, una de los protagonistas: "Temerle al nombre sólo agranda el temor al hombre." Hoy le tenemos miedo a decir cosas que deberían ser normales y eran normales hasta hace unos años. Ya no podemos dedicarnos a pensar en la muerte, en la tristeza, en el aburrimiento, a prestarle atención a la ansiedad, a ponerle especial dedicación a entender los problemas del mundo, porque todo eso significa estar desviados de una cosa y solo una cosa, estar distraidos de las redes sociales. 

El cambio de palabras o su escritura es solo una forma de tantas que tienen las redes sociales para demostrar su facismo. Estamos en la era de anti-intelectualismo, y con ella, entramos también a otra de las tácticas nazi, que era desprestigiar la razón y poner en el mismo pedestal al conocimiento validado, y a la ignorancia y la pseudorealidad inventada por charlatanes, estafadores o embusteros. "Mi ignorancia vale tanto como tu saber" es la frase más peligrosa jamás creada, porque da poder a quien no sabe manejar un auto y le están dando el volante para llevarnos a un barranco, o peor aún, nos dejará varados en medio de la nada porque no sabe ni acelerar o encender el auto, y de todas formas, no se quitará del asiento del conductor porque le gusta estar en el asiento, sentir que tiene el poder de controlar las cosas pero no tiene ni idea de cómo dirigir o qué hacer con dicho poder, y al final, lo único que le queda es pelear por ese poder, tratando de controlar o incluso matar a quien sea que se atreva a quitarlo de ese asiento tan cómodo. 

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